De la colección inédita Memorias de una Espírita
Clara Román-Odio, Ph.D.
Catedrática Emérita de Lenguas Modernas y Literatura
Kenyon College
La espalda empezó a molestarme desde enero del 2022. Movía la cabeza de un lado para el otro y las cervicales sonaban como una caída de piedras. Traté acupuntura, yoga, calor y tracción y, aunque ciertamente mejoraba, el dolor y la caída de piedras retornaban con verdadera insistencia. En mayo, le dije a mi médico de cabecera que quería hacerme un MRI. Para mi desgracia me diagnosticaron con cuatro discos herniados. Me pusieron medicamentos fuertes para bajar la hinchazón que provocaba el dolor y mejoré, pero pasado el efecto de la medicina, el problema regresó. Llegó el mes de agosto y tenía el calendario lleno: el 4 una charla virtual en el Museo Felisa Rincón de Gautier en San Juan, P.R.; el 15 una colonoscopia; poco después un manuscrito breve que entregar y una cita con el especialista de la espina. Además, nos preparábamos para salir de viaje la primera semana de septiembre. La espalda seguía para atrás. Lo que no me podía imaginar era que el manuscrito que empezaría a trabajar días después de mi charla traía envuelto, como un regalo, la solución al problema.
Resulta que, a los días de haber dado la charla en el Museo, recibí una carta de la Oficina Estatal de Conservación Histórica del Gobierno de Puerto Rico. Habían escuchado mi charla y concluyeron que mi investigación enriquecería el volumen XI de su revista Patrimonio, titulado Ellas fueron su ruta. Reconocían que era una solicitud un poco apremiante, porque el volumen tendría que completarse en tres semanas. Lo pensé, porque tenía mucho entre las manos y poco tiempo, pero como se trataba de nuestras pioneras espiritistas, acepté la invitación. De acuerdo con la misión de la revista, abordé cómo las mujeres espiritistas pioneras de Puerto Rico gestaron espacios patrimoniales relevantes en nuestra historia. Lo hice con el objetivo de reevaluar la gestión patrimonial desde la perspectiva del género. Por limitación de espacio, me enfoqué en tres casos relevantes que señalaban a las mujeres como usuarias, clientas y gestoras del patrimonio estructural y cultural del país. Sin duda, nuestras escritoras y activistas pioneras del Espiritismo puertorriqueño habían legado un patrimonio que continuaba impactando al país en pleno siglo XXI. Hice un llamado a considerar sus aportaciones, hasta la fecha alineadas con lo folklórico, como espacios patrimoniales en Puerto Rico. Además, el trabajo me ofrecía una oportunidad única: incluir a Tomasita Pastor Izquierdo (1862-1950) en la lista de pioneras. No lo había logrado hasta la fecha porque mis correos electrónicos, solicitando información, no habían recibido respuesta.
El legado de Tomasita Pastor Izquierdo asombra porque desde la humildad de sus orígenes se gesta una obra enorme que educa y abarca a la isla entera hasta nuestros días. Tomasita Pastor Izquierdo fue una médium medicinante que socorrió al enfermo puertorriqueño en un tiempo en el que la pobreza en Puerto Rico era dura y extrema para la mayoría. En “Tomasita Pastor Izquierdo, el Centro Renacimiento y yo”, el Dr. Flavio Acarón cuenta su historia. Explica que en 1881 surgió en Puerto Rico la Sociedad Espiritista Luz del Progreso, conocida hoy día con el nombre Renacimiento. Las reuniones se celebraban semanalmente a puertas cerradas en la residencia de Rodulfo Espinosa, uno de sus fundadores, hasta que en 1888 se empiezan a celebrar en su propio local y se le cambia el nombre a Centro Unión. Teresa Yáñez Vda. de Otero ubica a Tomasita Pastor dando el discurso de clausura que celebraba la fundación del Centro Unión en Mayagüez, en 1888. Tomasita Pastor fue elegida miembro de la comisión de Beneficencia. Dos años después, en 1891, se abren las puertas del hospitalillo “Caridad y Consuelo”, ubicado en la esquina entre las calles Peral y San Vicente de Mayagüez, el cual prestó servicio gratis por años, auspiciado por el Centro. Cuando Espinosa se ausentó del país, se nombró una nueva directiva y Tomasita fue elegida presidenta. Más adelante se perdió la propiedad y las reuniones se trasladaron a una habitación en casa de Tomasita.
En 1920 la Sociedad Espiritista Renacimiento se incorporó a la Federación de Espiritistas en Puerto Rico. Ese mismo año, el Sr. Alfredo Cristy Vanell le había vendido a Tomasita un solar por una suma ínfima para que construyera su hogar. Tomasita donó el solar para la construcción de la sede del centro Renacimiento. Se hizo una campaña de recaudación de fondos por toda la isla. Para el año 1936 quedó terminado el edificio como se encuentra hoy día, con algunas modificaciones. En dicho edificio, gracias a Tomasita Pastor, se han educado los líderes que en el presente dirigen centros espiritistas por toda la isla.
Instituto de Cultura Espírita Renacimiento
Tomasita Pastor Izquierdo falleció a los 88 años, el 21 de diciembre de 1950, mismo día de su nacimiento. Su patrimonio estructural y cultural pervive. Gracias a Tomasita, en 1979 el Dr. Flavio Acarón fundó el Instituto de Educación y Cultura Espírita en el Recinto Universitario de Mayagüez, dedicado a la divulgación y estudios formales del Espiritismo. En 1981, para la celebración del centenario de la Sociedad y Centro Espiritista Renacimiento, se fundieron las dos organizaciones en una, formándose el Instituto de Cultura Espírita Renacimiento, Inc.
Tomasita Pastor Izquierdo y el edificio de Renacimiento
En ocasión de la presentación de mi libro Mujeres espiritistas en Puerto Rico (1880-1920) en el Instituto de Cultura Espírita Renacimiento el 3 de abril de 2022, el trovador puertorriqueño, Gregorio Rivera Soto, le dedicó unos versos a Tomasita Pastor Izquierdo. El poema de Rivera Soto aquilata el legado de Tomasita Pastor. Dice el poeta cantor:
Tomasita es la mujer
que trasciende a su materia
al cumplir en forma seria
con su sagrado deber.
Eso lo podemos ver
en su noble sentimiento,
al darle al enfermo aliento
a través de una receta
y con la vida completa que entregó a Renacimiento.
Eran tiempos de escasez
de pan y de medicinas,
y sus manos cristalinas
socorrieron la vejez.
Ayudaron la niñez
enferma de raquitismo.
Y con magno dinamismo
le dio a todos un buen trato
con su ilustre liderato
dentro del Espiritismo.
Su pobreza aquilató
quien la supo valorar
y como inicio a su hogar
un solar le regaló.
Eso no la deslumbró
y al meditar un momento,
hizo un gesto que es portento
de la virtud que tenía,
por lo cual lo donaría
para hacer Renacimiento.
Si con su obra social
Tomasita agiganta,
un pedestal se levanta
con su obra espiritual.
Su combinación genial
con su guía dejó una estela
porque fue su centinela el gran galeno francés,
que en Quisqueya fue después,
la curandera Marcela.
Mujer de Filantropía,
Mujer de gran convicción,
Mujer que a Flavio Acarón
Sirvió de luz y de guía.
Mujer de enorme valía,
Mujer de sublime amor,
Mujer, médium de valor,
Mujer de gran pensamiento,
Pilar de Renacimiento,
Es Tomasita Pastor.
– Gregorio Rivera Soto, “Más allá de la mujer”
29 de marzo de 2022
Tener la oportunidad de incorporar el legado de Tomasita Pastor Izquierdo a los anales de la historia me llenaba de una alegría inmensa.
Me encontraba trabajando con gran esmero y suavidad en el ensayo, aunque había pasado el día domingo en ayuno, en preparación para la colonoscopia. Llegada la noche, le dije a mi esposo que me quedaría levantada un rato. No quería interrumpirle el sueño levantándome cada diez minutos. Continué escribiendo de pie frente a la computadora. No podía sentarme porque los cuatro discos herniados me lo impedían. “No importa” – me dije – “aquí estoy de vuelta”. Avanzó la noche. Casi a las 11:30 de la noche me detuve abruptamente y me dirigí directamente a Tomasita:
–“Oye, tú fuiste una médium medicinante y tu guía, el francés, fue médico y tu otro yo, Marcela, la partera dominicana, trataba el dolor del parto. ¡Ayúdenme con el dolor de estos discos que me están matando! ¿Por qué no me ayudan con esto?”
Seguí escribiendo una hora más y como vi que el efecto del brebaje había pasado, me fui a la cama a dormir. Dormía un sueño profundo y relajado, cuando empecé a sentir que los brazos me vibraban por dentro. La vibración inicial era como una suave y delicada corriente eléctrica. Poco a poco la corriente se intensificó tanto que me pregunté: “¿qué pasa?'' De pronto sentí como una explosión en las manos y vi dos rayos de luz, como dos relámpagos, que salieron disparados de mis brazos. Desperté un poco confundida, sin entender. Al día siguiente, para sorpresa mía y de mi esposo, tenía el cuello y la espalda enteramente flexibles, como si no tuviera ningún disco herniado. No me había sentido así desde hacía ocho meses. Al final de esa semana fui a la cita del especialista de la espina, quien agrandó las imágenes del MRI y me demostró que ahí no había ningún disco herniado:
– “Fíjese, en la vértebra 3 hay un poco de artritis, natural para su edad, y en la 6 y la 7 lo que tiene es un disco abultado. Nada de qué preocuparse. Haga este ejercicio de banda cincuenta veces por día y verá que en unos días se sentirá como nueva.”
La experiencia con Tomasita Pastor y sus ayudadores me enseñó mucho. Si es cierto que estamos rodeados de espíritus, también es cierto que cuando los llamamos con el pensamiento y el corazón se manifiestan directa y efectivamente. También aprendí que el trabajo que hacemos con desinterés y para el beneficio de otros trae consigo grandes recompensas que no se miden ni en pesetas, ni en las delicias del ego. Necesitaba salir de aquel dolor de espalda que llevaba molestándome hacía ocho meses. Y así mismo fue, gracias a Tomasita, el Galeno y Marcela la partera.
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